domingo, 4 de octubre de 2009

DÍAS AVESTRUZ



A todos aquellos que, en algún momento de sus vidas, han llegado a degustar el amargo sabor de una soledad que no buscaron, les dedico este poema que yo gusto de llamar...

DÍAS AVESTRUZ

Hoy, es un día
porque el sol, ingobernable,
ha decidido una vez más
llegar hasta su cénit,
como siempre,
cargado de indolencia.

Pero es un día,
en el hueco solitarío
en que mora mi rutina,
que yo gusto de llamar
un día de avestruz.

Porque busca un refugio,
la sempiterna sequedad de mi boca,
en el tibio nacimiento de mis plumas,
porque cubro con mis alas,
cansadas ya de volar
tantos y tantos viajes a la nada,
unos ojos que miran
goteando siempre su tristeza
a través de la ventana de mi cárcel.

Y cuando miran..., ven
un mundo que no vivo,
una alegría que no río,
una brisa que nunca me refresca...

Hoy he tapado con mis plumas
unos oídos que hace tiempo se cansaron
de intentar interpretar tantos silencios,
de esforzarse por captar algún chasquido
que provenga de esos besos
que mi ajada piel ya no recuerda...

Hoy es un día de avestruz
porque también el corazón
necesita de sosiego,
porque también se cansa de ese ritmo
que marca en el alma a fuego lento
el paso de un tiempo tan baldío.

Nöe Domínguez


(La imagen me la ha prestado el Sr. Google; no puedo reseñar el nombre del autor porque no figuraba, pero vaya para él/ella todo mi respeto)

2 comentarios:

Julio Obeso González dijo...

Este poema que leíste en la tertulia, no sé si será o no tan autobiográfico como da a entender; pero lo que sí te garantizo, es que tiene el aroma de los sentimientos verdaderos. Escondo mi cabeza entre tus brazos. Un beso fuerte (el jueves nos vemos)
Julio

Noe Dominguez dijo...

Gracias Julio. Esas palabras son todo un elogío viniendo de un poeta como tú. No vemos el jueves.
Un besote.