ALGUIEN

ALGUIEN

Si hubiese alguien,
sólo uno, que sintiese
el pinchazo amargo de la ausencia
al recordar, o ver, mi rostro
en un estático marco polvoriento.

Si hubiese alguien
que sintiese en sus manos
el hambre de mi piel
o la sed de mi boca
en su garganta.

Si hubiese alguien
que escuchase nacer en las paredes
un eco vacío y doloroso
porque ya no recogen sus rincones
el sonido de mis pasos en la estancia.

Si hubiese alguien
que al doloroso frío de un recuerdo
le pusiese mi nombre
en el palpitar interminable
de una noche insomne.

Si hubiese alguien,
uno sólo,
que sintiese morir
su corazón aún latiente
porque ya no escucha el mío
bombeando junto a él
los compases de la vida,
que se sintiese saturado
por la ausencia de mi aliento,
que sintiese en sus entrañas
la falta del peso de mi cuerpo
tendido satisfecho junto al suyo,
sabría que una vez
por efímera que el tiempo
en su maldad, la hubiese hecho,
alguien,
aunque sólo fuera uno,
en algún momento me ha querido.

Noe Domínguez

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