Hace ya unos cuantos años, se empleaba la formula: "¿estudias o trabajas?", para iniciar una conversación discotequera; y tenia su lógica; los chicos y chicas que las frecuentaban, hacían una de las dos cosas porque el creciente poder adquisitivo de muchas familias posibilitaba lo primero y una sociedad pujante, tras la última crisis económica, lo segundo.
Con los años, esa frase sirvió de referente para la broma de moda del momento que consistía en preguntar, a nadie en particular: ¿estudias o diseñas? Los jóvenes menos inspirados, se mofaban así de la creciente ola de creatividad que recorría el mundo, dejando a su paso innovaciones en todos los campos que se puedan imaginar. Y aquello estuvo muy bien porque una sociedad no crece, y mucho menos evoluciona, cuando está anclada en el inmovilismo. Pero como el ser humano tiende a abusar de todo aquello que, con la debida mesura, le beneficia e incluso, a veces, le glorifica, cuando las ideas revolucionarias, por lo novedosas, que habían hecho despegar al mundo durante la segunda mitad de la década de los ochenta, se fueron agotando, no se conformó con disfrutar, pero sobre todo con asimilar, los recientes cambios, sino que intentó rizar un bucle que se convirtió en un nudo corredizo colocado alrededor del cuello de su cultura. Y esa es la causa de que hoy parezca que la consigna sea la siguiente: “rompe con todo independientemente de que este bien o mal, de que tengamos alguna idea lógica que justifique esa ruptura o de que los beneficios que se vayan a obtener no sean merecedores de esa perdida de coherencia”.
No pensaba escribir sobre esto, pero un anuncio que vi en la televisión hace unos días, mientras comía, me ha hecho cambiar de opinión. Pude ver a un señor que, mirando una hoja de papel, vomitaba hasta la primera papilla. No estaba en mi casa y a la televisión le habían bajado el volumen, por lo que no estoy segura de si intentaban transmitir un mensaje comercial o si estaban mostrando el primer premio de los “Goyas al Mal Gusto”. Aunque creo que, simplemente, trataban de hacer algo nuevo, original y rompedor, como viene marcando la tendencia de las ultimas dos décadas, y que ante la notable falta de estética creativa en la que está sumida la sociedad actual, se ha perdido el Norte a la hora de idear, imaginar o construir. No suelo ir a discotecas pero, estoy segura de que los chicos y chicas de hoy, cuando se acercan a alguien con la intención de entablar una conversación, le preguntan con una sonrisa: ¿estudias o desbarras?
1 comentario:
Hola Noe, mi nombre es Inma y soy "amiga virtual" de tu hermano José Manuel.
Le conocí a través de un foro de internet, y me sugirió tu blog por el mismo medio.
Yo también tengo un blog alojado en este sitio: lahoradehorus.blogspot.com
al cual tengo el placer de invitarte, por supuesto.
Te escribo comentario en este artículo, porque me hizo gracia constatar que el mismo anuncio haya inspirado a dos blogueras que ni se conocen entre sí, pero que de alguna manera están conectadas.
He agregado tu blog a la lista de los que sigo públicamente, porque veo que coincido contigo en muchas cosas, y creo que los amigos que me leen a mí, de igual modo disfrutarán leyéndote a ti.
Un saludo desde Málaga.
BdS
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