martes, 31 de agosto de 2010
SOLO....
SÓLO
Soy la misma que fui ayer,
me lo dice a cada instante
el hambre de mi piel
bañada por la escarcha.
Casi no puedo recordar
la tibieza de unos brazos,
ese escudo infranqueable
que dejaba al otro lado
el invierno de la soledad.
Mis ojos, algo cansados,
no sabrían ya cómo mirar
una mano tendida
que alguien colocase en el camino.
Mis pies entumecidos,
casi rotos por la piedra del desierto,
no sabrían cómo caminar
sobre la blanda hierba
que debe de alfombrar el Paraíso.
Y mi corazón asilvestrado,
acostumbrado a ritmos
que nunca obtuvieron eco
no sabría latir al compás,
como late un corazón
que nunca ha estado solo
en un páramo del silencio.
Sólo unos brazos anónimos,
dejados al azar, quizá, por el viento,
que permanezcan sólo lo que vive
una pompa de jabón.
Nada que ate,
nada que mutile,
nada que amordace…
Sólo calor,
el calor que emana del eco
de otro latido acompasado.
Y después…
después que sigan su camino.
Su recuerdo bañará mis pies
en esta playa
de roca y árido desierto.
Su tibieza templará mis noches
en este páramo
helado de silencio.
Su existencia me dará cordura
en esta senda baldía
sembrada de rastrojos.
Sólo unos brazos,
sólo un minuto,
sólo un recuerdo,
sólo eso y cambiará el mundo.
Noe Domínguez - Del libro: Perlas de Diario
La imagen está tomada de Internet; si tiene derechos de reproducción,rogaría que me lo comunicasen par retirarla.
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